En un contexto marcado por la transformación digital, los cambios demográficos y una industria del deporte en constante evolución, la formación de los futuros profesionales requiere modelos educativos adaptados a la realidad actual. La Escuela Vitae nace como una propuesta innovadora dentro del sector educativo, con una oferta formativa centrada en la conexión directa con el mundo laboral y los retos del futuro.
Hablamos con Roger Saladich, Co-CEO de Vitae, una escuela especializada en el ámbito del deporte y la salud, que desde hace más de quince años impulsa titulaciones oficiales y propias con una mirada pedagógica inmersiva. Descubrimos de dónde surge la iniciativa, cómo integran la tecnología y las competencias personales en sus programas y qué pasos están dando para consolidarse como un referente en la formación de una nueva generación de profesionales del sector.
¿De dónde surge la necesidad de crear la empresa?
Vitae nace con la voluntad de contribuir con una propuesta innovadora dentro del ámbito de la formación en deporte y salud. Desde el inicio, queríamos aportar una mirada diferente, una formación que tuviera como eje principal la conexión con la realidad del sector, el cual está inmerso en un proceso de cambios constantes, principalmente vinculados, a nuestro entender, con los cambios tecnológicos, la globalización y el cambio demográfico. Por eso, era necesario un modelo pedagógico propio, inmerso en la industria del deporte, y que respondiera a los nuevos tiempos y a los retos del futuro.
Vuestra oferta formativa busca responder a las necesidades de la industria deportiva para adaptarse a la transformación digital. ¿Qué programas ofrecéis y a qué tipo de público van dirigidos?
Nuestro punto de partida son todas aquellas titulaciones oficiales del sector del deporte y la salud. Desde hace más de quince años, ofrecemos los Ciclos Formativos de la Familia Profesional de la Actividad Física y el Deporte, que se imparten en las cinco escuelas que tenemos entre Cataluña y Navarra. En el curso académico 24/25 iniciamos el Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte a través de nuestra Escuela Universitaria, centro adscrito a la Universidad Abat Oliba CEU y, este año, abrimos una nueva escuela en el centro de Barcelona con estudios de la familia profesional sanitaria.
Para el curso 26/27 ampliaremos esta oferta formativa oficial con titulaciones propias para ofrecer al sector formaciones más específicas.
En todos estos programas, con el objetivo de dar respuesta a las necesidades del sector, incorporamos una capa tecnológica y de competencias personales.
Contáis con vuestro propio método formativo. ¿En qué consiste?
Si queríamos responder a los cambios y retos del sector, desde nuestro punto de vista, necesitábamos un método propio, llamado “Método Vitae”, que nos permitiera ir adaptándolo y actualizándolo cada año según la realidad del sector.
El modelo se compone de tres conceptos muy básicos: realidad, hacer y mejorar. Muy resumidamente, el primer pilar, “realidad”, transmite la idea de que se trabaja con lo que actualmente está ocurriendo en el sector, así como sus retos inmediatos y futuros. El segundo, “hacer”, se basa en la idea de que primero va la práctica y luego la teoría, como estrategia para facilitar el aprendizaje. Finalmente, “mejorar” se fundamenta en la idea de que todo el método se percibe como un método científico, bajo la premisa de que “lo que no se puede medir, no se puede mejorar”.
¿Qué estrategias utilizáis para asegurar que el conocimiento de vuestros expertos llegue de forma clara y útil al alumnado?
Sin duda, este es uno de los grandes retos que tenemos todas las instituciones académicas: cómo trasladar al aula una formación que no solo les ayude a integrarse más fácilmente en el sector, sino que también permita a las empresas contar con nuevos profesionales que les ayuden a avanzar y alcanzar sus objetivos. Es una tarea que debemos abordar conjuntamente, instituciones académicas y empresas del sector. Por nuestra parte, como hemos mencionado, partimos de un método propio que nos permite sistematizar el plan académico.
Este método, con sus tres pilares, genera diferentes variables. Por ejemplo, la contratación del profesorado: priorizamos que sean profesionales en activo para que transmitan la realidad del sector de forma directa al alumnado. Otro elemento son las instalaciones: priorizamos, en el caso de la Formación Profesional, escuelas que desarrollen su plan docente mayoritariamente en instalaciones deportivas, lo que permite una formación inmersiva, donde el alumnado convive buena parte del día a día con socios/abonados/usuarios de las instalaciones. En cuanto al material, contamos con una inversión continua o acuerdos de colaboración con empresas líderes en su sector, para que el alumnado tenga acceso a los materiales y tecnologías reales del sector. Además, trabajamos con currículos académicos actualizados, con una visión de presente y futuro, que incluyen resultados de aprendizaje alineados con las necesidades actuales.
¿Qué tendencias observáis en el comportamiento de los alumnos o profesionales del sector que puedan afectar al futuro de las empresas deportivas y de salud?
En cuanto al alumnado, vemos una generación que ha crecido con la digitalización, pero detectamos que eso no implica necesariamente que tengan las competencias que las empresas necesitan. Aquí tenemos uno de los principales retos del sector formativo: aprovechar esos conocimientos y habilidades y transformarlos en elementos productivos y de valor añadido para las empresas e instituciones.
Respecto a los profesionales en activo, los retos pueden ser similares a los que tenemos como docentes y responsables académicos. Somos hijos e hijas de una generación analógica que intenta interpretar hacia dónde van estos cambios tecnológicos. Nuestra función es tener una mirada hacia el futuro y ofrecer programas actualizados que permitan a estos profesionales reconectarse con los avances del sector.
En general, tenemos una lectura positiva: sí, hay mucho trabajo por hacer y, en un mundo globalizado, no debemos limitarnos a mirar lo más cercano, porque en otros lugares se está trabajando intensamente en esta línea. Pero aquí tenemos todos los ingredientes para seguir siendo un referente mundial en el sector deportivo, y no podemos permitir que, con la actual revolución tecnológica, nos quedemos atrás y perdamos competitividad como industria. Lo haremos bien.
¿Cuál es el reto más importante que tenéis a corto plazo? ¿Y a largo plazo, qué objetivos tenéis?
A corto plazo, tenemos dos grandes proyectos: por un lado, desplegar el potencial de la Escuela Universitaria del Deporte, con el Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte como punta de lanza, además de ampliar el portafolio de estudios de máster y cursos propios, y enriquecer su ecosistema (colaboraciones con empresas del sector, internacionalización, etc.). Por otro lado, consolidar y desarrollar la Formación Profesional sanitaria para que alcance los niveles actuales de la rama deportiva.
A largo plazo, en el ámbito deportivo, aspiramos a ser un centro de referencia a nivel europeo, con capacidad de formar profesionales más allá de nuestras fronteras y que contribuyan a definir el futuro del sector.
Desde INDESCAT fomentamos la creación de puentes de colaboración entre empresas. ¿Con qué tipo de empresas creéis que podéis generar sinergias y por qué?
Nuestra visión del deporte y la salud es muy transversal, por eso nos interesa explorar sinergias con todo tipo de empresas. Actualmente, sin descartar otras opciones, estamos interesados en colaborar con empresas del ámbito audiovisual y tecnológico. Las primeras para encontrar alianzas de difusión y llegar a nuevos públicos, y las segundas para estar continuamente al día de los avances del sector.
¿Qué os aporta formar parte de un clúster como INDESCAT?
En primer lugar, me gustaría felicitaros por el trabajo que hacéis. Creemos que desde INDESCAT desempeñáis una labor fundamental para el sector, combinando las luces largas con la realidad del día a día de las entidades que formamos parte.
Formar parte de INDESCAT nos ofrece la posibilidad de crecer en red, acceder a conocimiento estratégico y compartir experiencias con otros agentes del sector. Es una oportunidad para innovar juntos, generar impacto y contribuir activamente al desarrollo y posicionamiento de nuestro sector a nivel nacional e internacional.